LA ABUELA ROSA
Al cabo del primer año de el fallecimiento de mi abuela materna (Rosa Oviedo Doria), quien aparece en la foto, se vienen a la mente tantas anécdotas que llenarían cientos de páginas, pero quiero recordar dos que me causaron mucha gracia, las cuales daban muestra del carácter que siempre tuvo esta hermosa y fuerte mujer.
1. Era la 1 pm de un caluroso día en mi pueblo y mis oídos estaban atentos a escuchar el sonido del balón contra el suelo, esa era la forma de llamar a los jugadores al "Campo", ya mi abuela me había pedido "tirar" (arreglar) la cerca que daba con la casa de la Niña Encarnación, ya que una tempestad unos días antes había derribado un árbol y esta cayó sobre la cerca, yo le prometí que lo haría después.
A mi abuela responderle de esa forma era un insulto, las cosas eran en el momento en que las pedía, no después, como no obedecí de inmediato y sabiendo que yo estaba esperando la hora para irme a jugar, tomó las herramientas y se puso manos a la obra, se sentó en un taburete pequeño e inició la faena con la respectiva retahila en voz alta pata que yo escuchara su inconformismo.
Al verla realizando la tarea, me dio pena y le dije que lo haría de inmediato, con la frustración de escuchar a todos jugando y yo en casa trabajando.
Ella sin alegar supo darme el mensaje, además me enseñó a no dejar para después lo que podía hacer de inmediato.
2. Estando ya en la tercera edad, solía ir desde el pueblo a la finca en burro, y de regreso siempre traía lo que ella consideraba era necesario, leña, víveres, etc. los que hemos andado en burro sabemos de los problemas que se pueden presentar en el camino, pero para mi abuela eso no era obstáculo, muchas personas se la encontraron en repetidas ocasiones en el camino con la carga caída y ella acomodándola sola, recuerden que ya era tercera edad.
Uno de tantos días llegó a casa con la noche casi encima muy molesta por que le había sucedido algo en el camino, nos contó que la había picado un alacrán, primo del escorpión, picadura que causa fiebre y otros malestares en muchos casos, es dolorosa. En una persona de su edad todos nos asustamos, lo gracioso y asombroso fue lo que ella respondió cuando le preguntamos si se sentía bien nos dijo "eso no es ná, ese animalejo salió de una estilla de leña y me picó en el mujlo, cuando sentí la vaina, lo agarré con la mano y lo ejtripé y me ejtrujé las tripas en donde me picó, dicen que así no le da fiebre a uno".
Todos quedamos con la boca abierta, y reafirmamos más la idea de que tipo de mujer teníamos como abuela, toda una Dama de Hierro.
Q. E. P. D. Rosa, todos te recordaremos mientras dure nuestro paso por este mundo.
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1. Era la 1 pm de un caluroso día en mi pueblo y mis oídos estaban atentos a escuchar el sonido del balón contra el suelo, esa era la forma de llamar a los jugadores al "Campo", ya mi abuela me había pedido "tirar" (arreglar) la cerca que daba con la casa de la Niña Encarnación, ya que una tempestad unos días antes había derribado un árbol y esta cayó sobre la cerca, yo le prometí que lo haría después.
A mi abuela responderle de esa forma era un insulto, las cosas eran en el momento en que las pedía, no después, como no obedecí de inmediato y sabiendo que yo estaba esperando la hora para irme a jugar, tomó las herramientas y se puso manos a la obra, se sentó en un taburete pequeño e inició la faena con la respectiva retahila en voz alta pata que yo escuchara su inconformismo.
Al verla realizando la tarea, me dio pena y le dije que lo haría de inmediato, con la frustración de escuchar a todos jugando y yo en casa trabajando.
Ella sin alegar supo darme el mensaje, además me enseñó a no dejar para después lo que podía hacer de inmediato.
2. Estando ya en la tercera edad, solía ir desde el pueblo a la finca en burro, y de regreso siempre traía lo que ella consideraba era necesario, leña, víveres, etc. los que hemos andado en burro sabemos de los problemas que se pueden presentar en el camino, pero para mi abuela eso no era obstáculo, muchas personas se la encontraron en repetidas ocasiones en el camino con la carga caída y ella acomodándola sola, recuerden que ya era tercera edad.
Uno de tantos días llegó a casa con la noche casi encima muy molesta por que le había sucedido algo en el camino, nos contó que la había picado un alacrán, primo del escorpión, picadura que causa fiebre y otros malestares en muchos casos, es dolorosa. En una persona de su edad todos nos asustamos, lo gracioso y asombroso fue lo que ella respondió cuando le preguntamos si se sentía bien nos dijo "eso no es ná, ese animalejo salió de una estilla de leña y me picó en el mujlo, cuando sentí la vaina, lo agarré con la mano y lo ejtripé y me ejtrujé las tripas en donde me picó, dicen que así no le da fiebre a uno".
Todos quedamos con la boca abierta, y reafirmamos más la idea de que tipo de mujer teníamos como abuela, toda una Dama de Hierro.
Q. E. P. D. Rosa, todos te recordaremos mientras dure nuestro paso por este mundo.
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Así eran las abuelas y las madres de antes con carácter y firmes en sus decisiones y no permitian que les llevaran la contraria, fundamentando respeto , obediencia inculcandonos valores que quedaron en nosotros para toda la vida
ResponderEliminarLos que al parecer ya se olvidaron o están en camino a ser olvidados.
EliminarGracias por tu comentario.
Tuve el placer de conocerla y recibir su atención y cariño, se le notaba por encima de ese carácter duro.
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